Algunas veces hacemos cosas "estúpidas", no las pensamos, no vemos "maldad" detrás de ellas, y consideramos, erróneamente, que los que nos rodean tienen que saber que efectivamente es así. Creemos que "querer" y "confiar" es suficiente, y sí, tal vez sea básico, lo más importante...pero eso no quita el "mal sabor de boca" de ciertas cosas.
Cuando queremos recular, la cagada ya está hecha.
Intentas explicarte, pero aún así, no eres capaz de quitarte la sensación amarga de no haber pensado las cosas, de no haberte puesto en el lugar del otro. No tienen porque ser cosas de "enorme trascendencia", pero ya sabeis que a mí, precisamente esas "cositas intrascendentes" son las que más me suelen preocupar, porque yo misma soy la que más las valoro.
Hoy me acuesto, con un "regusto" extraño, porque vuelvo la vista atrás, y me doy cuenta de que he metido la pata, tal vez no en algo trascendental, desde luego sin mala intención, pero sí sin calibrar la interpretación o sensación que podia producir. Me paro a pensarlo, y de ser a la inversa, tengo que reconocerlo...a mí me "escoceria"...
Al final, hay momentos en que antes de "actuar" hay que detenerse a pensar en cómo puede eso influir en las personas que queremos...Yo hoy, no lo he hecho, y no me siento nada orgullosa. Y la verdad, no me apetece ser "politicamente correcta", porque hay veces que las cosas más inocentes, pueden lastimar tanto como las que no lo son.
Hoy no ha sido un buen día, y la culpa es sólo mia por taruga.
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