viernes, 8 de febrero de 2013

Demasiado tarde...

Cuando alguien nos demuestra su cariño una y otra vez, pese a cuanto le podamos lastimar, o cuantas veces nos mostremos fríos, indiferentes... incluso crueles, damos por sentado que siempre será así. 
No se nos ocurre pensar, que incluso el cariño más grande, cuando se enfrenta con la decepción de forma continuada, termina por apagarse y marchitarse... tal vez incluso desaparecer por completo... para dejar paso a la más absoluta indiferencia. 
Nuestro ego, nos impide contemplar esta posibilidad.
Y un día nos levantamos...y se nos ocurre tocar en esa puerta que siempre estuvo abierta para nosotros, con seguridad y confianza... y nos encontramos con el silencio por respuesta.
Una vez más, nuestro ego, nos impide reconocer, que somos los únicos culpables, y preferimos achacarlo al mal caracter del otro, a su falta de paciencia, a sus inseguridades... Y damos por supuesto que ya cambiará de parecer, así que nos limitamos a esperar...
Pero el tiempo sigue pasando, la puerta continua cerrada, y sigue habiendo silencio... un silencio que primero nos incomoda, y después, pese a no querer reconocerlo.... nos lastima.
Y es que, tenemos la fea costumbre, de no valorar lo que tenemos, de "acostumbrarnos" a que siempre está ahí para nosotros... y un día, nos despertamos para darnos cuenta, que es demasiado tarde, y ya lo hemos perdido.

1 comentario:

  1. No podias haberlo explicado mejor...
    trás mucho tiempo con la puerta abierta, resistiendome a cerrarla, se llega a un punto, en el que ya no se puede más, y con mucha pena y dolor, lo mejor es cerrarla... y cuesta cerrarla... pero...

    Un besazo, me ha encantado...

    ResponderEliminar